La inflación en España ha tenido un gran impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos. Los precios de los productos de primera necesidad, como el petróleo, se han duplicado con respecto al año pasado. La pasta subió de precio un 30% y la carne y el pescado un 10%.
Los datos demuestran que todavía hay una cierta ralentización de la subida de precios, pero cada vez hay menos esperanza entre los ciudadanos.
Los consumidores en esta situación han respondido a los cambios controlando más su gasto. Los ciudadanos visitan ahora las tiendas con más frecuencia, pero gastan menos en cada compra, lo que reduce el importe medio de las compras. Se compran menos cosas innecesarias o que se pueden tirar. Esta situación es única, ya que el sector alimentario ha tenido precios estables desde 2002.
Los cálculos de la OCU muestran que la inflación en España ha provocado que los ciudadanos gasten 830 euros más al año en alimentación que en 2021. Según CaixaBank Research, en base al gasto de las tarjetas, el consumo de productos de primera necesidad fue un 49% mayor en junio que en el mismo mes de 2019. El 42% elige marcas más baratas, el 33% renuncia a productos no esenciales que no son de primera necesidad y el 21% ha dejado de comprar carne, pescado, frutas o verduras, o ha recortado el gasto debido a los altos precios. «Cada vez hay más artículos como la pasta, el arroz o las legumbres en la cesta de la compra de los compradores», afirma la cadena de supermercados Aldi.